Los emulsionantes, que se añaden a los alimentos procesados para ayudarles en su textura y extender su vida útil, pueden alterar la composición y localización de la microbiota intestinal para inducir la inflamación intestinal que promueve el desarrollo de la enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome metabólico, según muestra una investigación.
El trabajo, publicado en ‘Nature’, fue dirigido por los investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos, Benoit Chassaing y Andrew T. Gewirtz, con colaboraciones de la Universidad de Emory, Reino Unido; la Universidad de Cornell, Estados Unidos, y la Universidad de Bar-Ilan, en Israel.
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, afecta a millones de personas y es a menudo severa y debilitante. El síndrome metabólico es un grupo de trastornos relacionados con la obesidad muy comunes que pueden conducir a la diabetes tipo 2 y enfermedades hepáticas y/o cardiovasculares.
La incidencia de la EII y el síndrome metabólico se ha incrementado notablemente desde la mitad del siglo XX. El término “flora intestinal” se refiere a la población diversa de 100 billones de bacterias que habitan en el tracto intestinal. La microbiota intestinal está alterada en la EII y el síndrome metabólico.
Los hallazgos de Chassaing y Gewirtz sugieren que los emulsionantes podrían ser parcialmente responsables de esta alteración y el aumento de la incidencia de estas enfermedades. “Una característica fundamental de estas molestias modernas es la alteración de la microbiota intestinal de una manera que favorece la inflamación”, afirma Gewirtz. “El espectacular aumento de estas enfermedades se ha producido a pesar de la consistente genética humana, lo que sugiere un papel fundamental de un factor ambiental -afirma Chassaing-. La comida interactúa íntimamente con la microbiota, por lo que consideramos que los aditivos actuales al suministro de alimentos posiblemente podría hacer a las bacterias intestinales más pro-inflamatorias”.